¨Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea…¨Lucas 11:1-4
Con motivo del Día del Padre, nuestro pastor en su mensaje hizo alusión a los roles de Dios como Padre con su Hijo Jesucristo, y de los roles de Jesucristo con Dios como su Padre, y consecuentemente, de los roles de nosotros como padres con nuestros hijos, y de los roles de nuestros hijos con nosotros como sus padres.
El rol de Dios como nuestro Padre en nuestra vida de oración, y los roles de nosotros como sus hijos en nuestra vida de oración, ambos aspectos están contenidos en esta porción bíblica, generalmente conocida como El Padre Nuestro, y de mucha importancia y valor en el pueblo cristiano en su práctica de la oración. Son muchos los conceptos contenidos en esta corta porción de las Sagradas Escrituras, y por esta ocasión sólo me referiré a la primera sección: ¨Padre nuestro que estás en los cielos¨.
Me debo regocijar de que tengo una relación con Dios como mi Padre a través de su Hijo Jesucristo, y no sólo ser su criatura. Debo alegrarme en el gran amor que tiene por mi, y la manera constante en que me lo manifiesta. Motivo de gozo me es también la posición que tengo como su hijo. Si yo le amó a él es porque él me amó primero. Y como si esto fuera poco, aún me esperan bendiciones que me harán muy feliz. El Apóstol Juan dijo: ¨Amados, ahora somos hijos de Dios y aun no se ha manifestado lo que hemos de ser…¨ (1 Juan 3:2).
Lo debo recordar con frecuencia para no vivir como el hijo de un mendigo, sino como el hijo de un rey, comparándolo con lo que era antes y lo que soy ahora, y sin merecerlo. Entre las muchas implicaciones de este sobrenatural hecho, está el tener siempre en mente que fui salvo no por buenas obras, sino para hacer buenas obras. Con el amor de Dios derramado en mi corazón, yo debo amar a mis hermanos y a mi prójimo. La vida cristiana debe ser para mi esencialmente práctica en mi diario vivir.
¨A Dios nadie le vio jamás, el Hijo que está en el seno del Padre él le ha dado a conocer.¨ (Juan 1:18). Felipe, uno de los discípulos de Jesús, le suplicó que le mostrara a Dios, y eso lo dejaría completamente satisfecho, no le haría más preguntas. La respuesta de Jesús fue: ¨Tanto tiempo hace que estoy con vosotros, y no me has conocido, Felipe? El que ha visto a mí ha visto al Padre; ¿cómo, pues, dices tú: Muéstranos al Padre?¨ (Juan 14:9). Conocemos el amor del Padre porque dio a su Hijo que por su amor a nosotros murió en una cruz (Juan 3:16). Sabemos que Dios es fiel, misericordioso y compasivo, porque Jesucristo, el Testigo fiel y verdadero, lo fue también demostrándolo al mundo como ninguno de los profetas y apóstoles lo hizo jamás.
Demos gracias por cada uno de sus atributos, y hagamos de ellos tema de investigación y reflexión para que le conozcamos mejor.
Pidamos a Dios que nos muestre su voluntad para que nos unamos a él en el trabajo que cada día realiza en el mundo.
Oremos por aquellos que no son miembros de su familia y no conocen su amor, y por no pertenecer a su familia, Dios no contesta sus oraciones (Juan 9:31), rogar para que en algún momento de su vida tengan una relación personal con él. Nunca olvidemos que debemos vivir cada día en dependencia absoluta del Padre Nuestro.
Oración: Oh, Dios y Padre mío, ahora veo la hermosura y bendición de ser un hijo tuyo. Ayúdame a vivir cada día disfrutando de tu amor y compartiéndolo con los que tanto lo necesitan. Te lo pido por Jesús mi Salvador, Amén.
Categoría: Principios rectores del Padre Nuestro.